jueves, 21 de enero de 2010

Cuando retirarse con clase

Muchos dicen que si tienes socios en una empresa, hace que al final surja una relación comparable a un matrimonio... puede ser algo maravilloso o acabar siendo un desastre. Y no les falta razón, al final pasas más tiempo con tus socios que con tu pareja.

En ambas situaciones se corre el riesgo de que un día se rompa la relación y puede ser a buenas o a malas. Pero la diferencia es que de los socios no te enamoras, por lo que en las rupturas el interés primordial es la pasta que se pueda obtener.

Sería bonito ver una sociedad que, al separarse los socios, cada uno de ellos no tratase de obtener más de lo que se merece. Ya no sólo hablo del dinero correspondiente a su porcentaje de acciones, sino que valorara si el valor que ha aportado a la sociedad para que valga lo que valga, realmente corresponde al porcentaje de acciones que tiene.

Si algún día mis socios de alguna sociedad me dicen que no quieren seguir el camino conmigo y no soy capaz de argumentar con hechos que mi aportación a la sociedad tiene el valor correspondiente a mi porcentaje, tendré la dignidad de aceptar la parte que me corresponde y salir con la cabeza bien alta.

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