martes, 18 de agosto de 2009

¿Es necesario un plan de negocio?

Hay gente que dice que los planes de negocio no sirven para nada. Es cierto que una empresa puede tener éxito sin haber partido de un plan de negocio, seguro que más de algún caso se ha dado. Pero, en mi opinión, desarrollar un plan de negocio debería ser obligatorio antes de emprender cualquier tipo de negocio.

La gente se piensa que sólo es útil tener un BP cuando vas a buscar un inversor. Pero un BP sirve para mucho más. Lo primero es para que nosotros mismos sepamos planificar la marcha de la empresa: cuáles son nuestros objetivos, nuestras estrategias, nuestros costes futuros, nuestras posibles fuentes de ingresos, etc. Sin conocer estas cosas, podremos emprender rumbo a lo desconocido y dejar los resultados de la empresa a merced de la suerte (ya sea buena o mala).

Además de herramienta de planificación, también es una útil herramienta de monitorización, para conocer en todo momento si estamos haciendo lo que preveíamos que queríamos hacer, descubrir fallos en la gestión o causas de incumplimiento de objetivos, por ejemplo.

También nos va a ser de mucha utilidad si tenemos que ir a un banco a pedir un crédito o buscar un inversor financiero, pues siempre querrán saber nuestras expectativas futuras. También, si tenemos elaborado un buen plan de negocio, nos puede servir como llave de acceso a los distintos premios que se reparten a emprendedores en algunas entidades o comunidades.

lunes, 17 de agosto de 2009

Emprender con socios

Un tema que se debate mucho es si es bueno emprender con socios o en solitario. Algunos gurús emprendedores dicen una cosa y otros dicen lo contrario. Entonces, ¿quién tiene razón?
Creo que no hay una respuesta que pueda servir en todos los casos, pues cada empresa es un mundo y ambas situaciones tienen sus pros y sus contras.

Si no se cuenta con mucha experiencia, buscar socios para llevar a cabo un negocio puede ser beneficioso, siempre que cada uno aporte un valor distinto, complementario, útil y que no pueda ser aportado por un empleado. Un error muy frecuente es juntarse con un grupo de amigos de la universidad y montar una empresa. Lo más probable es que todos los socios tengan la misma formación, los mismos conocimientos y las mismas capacidades, por lo que estaríamos haciendo muy redundantes los valores de los socios (si en una mesa directiva hay 10 directores que opinan igual, entonces sobran 9). Para un ingeniero, sería más recomendable buscarse a un amiguete de empresariales o alguno comercial, en lugar de buscar a otro ingeniero.
Buscar socios también puede ser una medida de encontrar mano de obra barata, cuando no se dispone de medios para crear una empresa. Claro, que cuando vaya bien la cosa, por haber reducido costes al principio, habrá que repartir el pastel entre más bocas.

Todos los socios deben perseguir el mismo objetivo. Al principio suele ser así pero, con el tiempo, es posible que algunos de ellos cambien sus objetivos, debido a sus situaciones personales, y comiencen los desacuerdos, las discusiones y las luchas de poder. Es importante que exista una buena comunicación frecuentemente entre todos los socios para evitar que se lleguen a estas situaciones.

Hasta ahora siempre he emprendido junto con otros socios. He vivido buenas experiencias y también otras desafortunadas, aunque de momento me inclino a favor de emprender con otros socios que aporten valor. La contra más grande que he vivido es que, al ser varios socios, se puede llegar a perder demasiado tiempo para tomar una decisión de poca importancia. Quizás algún día me toque emprender en solitario, ya podré comparar mejor ambas situaciones.

jueves, 13 de agosto de 2009

¿Empezar sin dinero?

Imagino que será por algún tipo de timidez el hecho de que, casi todo el mundo, cuando montan su primera empresa empiezan con un capital mínimo (los 3000 euretes necesarios para la constitución de una SL) y piensan que si la cosa va bien, ya obtendrán beneficios rápidos y no necesitarán financiación externa. Piensan: "bueno, así reduzco mucho el riesgo, y si sale mal sólo pierdo tiempo".

No estoy señalando a nadie, pues yo hice lo mismo. Entre cuatro amigos juntamos 3000€ y la cosa no fue mal del todo, o al menos eso pensábamos a los dos años, cuando ya teníamos un beneficio después de impuestos de 60.000€ y 10 empleados en plantilla. Curiosamente, al quinto año la empresa está rozando la quiebra, le quedan 3 empleados y dos telediarios.

Tengo un amigo que es profesor de creación de empresas en el Instituto de Empresa al que a veces le pregunto sobre la conveniencia de buscar financiación y sobre cuánta financiación es la ideal. Él siempre me dice: "¿qué cosas podríais hacer si tuvierais más dinero?

Desde luego, empezar con un capital decente permite crear unos cimientos sólidos en la empresa que ayudarán a crecer al ritmo ideal. Si no se cuenta con dinero desde el principio, lo más probable es que perdamos tiempo en tareas "sucias" que nos desviarán de nuestro objetivo. Creceremos muy lentamente, según las ventas lo permitan, y los pagos de impuestos aún nos limitarán más.

Por tanto, lo ideal es conseguir recursos económicos para poder financiar los sueldos de todas las personas que creamos que es necesario contratar para que la cosa funcione y para realizar todas las inversiones necesarias. Y de paso, tener un colchoncito por si la cosa se tuerce durante una temporada y las ventas no crecen al ritmo que preveíamos.

No hay que tener miedo a pedir un crédito a un banco o a buscar a un inversor a cambio de un porcentaje de nuestra empresa (más vale tener un 60% de una empresa que vale algo a tener un 100% de una empresa que no vale nada).

miércoles, 12 de agosto de 2009

En busca de una idea

Cuando hablo con amigos que trabajan por cuenta ajena, casi siempre me dicen que desearían montar una empresa y ser sus propios jefes, parece que hasta envidien mi situación. Entonces yo les animo a que se lancen y monten una empresa. Casualidad o no, la respuesta de TODOS suele ser la misma: "Ya tío, pero es que yo no tengo ninguna buena idea."

Creo que casi todo el mundo se piensa que para crear una empresa de éxito es necesario partir de una idea única e innovadora. Pero la realidad es que la mayoría de ideas innovadoras fracasan, ya sea por falta de conocimiento del mercado, por producirse fuera de tiempo, o por cualquier otro motivo.

La mejor opción en muchos casos, es aplicar el lema de "Don't innovate... imitate!". Y es que si ya sabemos de una idea que ha funcionado a otros con éxito, ¿por qué no hacer algo parecido? Será más fácil llevarlo a la práctica y no cometer los errores que otros han cometido. Claro, estudiando primero el mercado y comprobando que podemos hacernos un hueco en él. Aún así no es del todo cierto lo de no innovar, pues para ganarnos ese hueco, deberíamos innovar en algún aspecto frente a los creadores de la idea original: una nueva forma de promocionar el producto, un nuevo proceso de negocio que ayude a reducir costes o aumentar la calidad final, etc. Estaríamos basándonos en una idea de negocio ya existente y reservaríamos los esfuerzos de innovación para descubrir una manera más óptima de ofrecerlo al mercado.

Tal vez alguno piense que eso pueda ser una forma de plagio. Pues bien, que lo piense y que siga ahí sentado esperando a que le llegue la "choco-idea".

martes, 11 de agosto de 2009

¿La gran decisión?

En muchas charlas con amigos o cuando hago alguna ponencia en clases de creación de empresas del Instituto de Empresa, me suelen preguntar sobre aquel momento en el que decidí lanzarme a crear una empresa.

Parece que tenga que ser así, que llegue un momento puntual en la vida de las personas en el que tengan que decidir si montan una empresa o si trabajan por cuenta ajena.

Al menos en mi caso, e imagino que en el de mucha gente, no existió tal momento puntual en el tiempo. Lo que empezó a ser una afición acabó convirtiéndose en una empresa y todavía hoy no sabría decir cuándo tomé aquella decisión.

No hice ningún balance de pros y contras, de posibles pérdidas frente a posibles ganancias. Disfrutaba con lo que hacía, soñaba con llevar el proyecto adelante, tenía ilusión en saber si aquellas ideas podían convertirse en frutos.

Claro, no todo el mundo puede encontrarse en la misma situación. Yo era recién titulado, sin ningún tipo de compromiso ni hipotecas ni ataduras. Tal vez era más fácil para mi, pues lo único que podía perder era el tiempo. Y yo no diría ni eso, pues aunque las cosas se tuerzan, siempre pensaré que es un tiempo bien invertido, pues se gana un sinfín de experiencias que seguro que me serán útiles en el futuro. Así que no había nada que perder.

Otras personas prefieren dedicarse unos 10 o 15 años a trabajar por cuenta ajena, ahorrar dinero y ganar experiencia, para sentirse más seguros cuando en el futuro monten un negocio. Pero entonces sí podrán hacer un balance de pros y contras: un "pro" para la experiencia y el colchón económico y un "contra" para las ataduras de los posibles matrimonios, hijos, hipotecas, etc. que tendrán en el futuro. Y estoy seguro de que esos "contras" pesan bastante más que los "pros".

Yo siempre animo a la gente a que no tomen una decisión, que se lancen y punto. Poco que perder y mucho que ganar. ¿Qué más se puede pedir?

Comenzamos!

Hace tiempo que quería empezar un blog para contar mis experiencias emprendedoras. Lo cierto es que no aspiro a que lo lea mucha gente, pero espero que me sirva a mi mismo para reflexionar y aprender de mis propias experiencias.

Tras 6 años metido de lleno en el mundo de la creación de empresa, lo cierto es que he vivido muchas experiencias, muchas positivas y muchas negativas. Pero, desde luego, todas ellas muy enriquecedoras.

Por eso he bautizado a este blog así, porque para mi la mejor forma de aprender, ha sido emprender.

Y quien sabe, quizás alguien lea algún día alguno de mis post y pueda servirle en algún sentido.