jueves, 10 de diciembre de 2009

Empleada embarazada

Un tema siempre polémico, pero que antes o después todo emprendedor va a tener que vivirlo, es el de que una empleada anuncie que está embarazada.

Supongo que a todos los empresarios les ocurrirá una reacción similar cuando reciben la noticia, intentarán poner cara de "cuánto me alegro! qué bien que vayas a tener un bebé", pero por dentro les pasarán miles de pensamientos en plan: "menuda faena, justo cuando más la necesitamos en la oficina", "¿y ahora a quién busco yo para sustituirla?", "Ya se podría haber esperado a que termináramos el proyecto", etc., etc. etc.

Lo cierto es que, cuando se trata de una empresa pequeña, todo empleado es fundamental, desempeñando una labor muy concreta, y la ausencia de una empleada durante unos cuantos meses puede suponer un grave problema. Nos pasó una vez, en una empresa con 6 empleados. Al quedarse embarazada una empleada, perdimos durante 7 meses a una sexta parte del equipo humano, y a la única persona que era capaz de realizar una tarea que afectaba muy directamente a las ventas de la empresa.

Estas situaciones son las que a más de uno le hará plantearse si es conveniente contratar mujeres o no. Pero bueno, hay que pensar que si no fuera por las mujeres embarazadas, ninguno de nosotros estaríamos aquí. Está bien tener un equilibrio entre hombres y mujeres en la empresa, y pensar en todo lo bueno que aportan éstas, sin quedarse tan sólo con el miedo a que causen una baja temporal por embarazo y maternidad.

La próxima vez trataremos de prever con tiempo la fecha de la baja e intentar suplir su ausencia con más éxito que en el pasado.

¿Existe el capital riesgo en España?

Al oir "Capital Riesgo", lo primero que me viene a la cabeza es un grupo de inversores con mucho dinero y con muy poca aversión al riesgo. Gente que se la juega, dispuesta a apostar su dinero a cambio de la esperanza de que la empresa en la que invierten les dará altas rentabilidades en el medio-largo plazo. Un grupo de inversores que localizan una buena idea de negocio en sus primeras fases de creación, le inyectan una buena suma de dinero y la catapultan al éxito.

Se dice que muchas de sus apuestas fracasan, pero con que una de cada diez les salga bien, ya les salen a cuenta sus inversiones. Parece un modelo muy americano, que en España algunos fondos de inversión han pretendido imitar.

Mi duda es si los fondos de inversión españoles están preparados para imitar tal modelo. Vamos, que si tienen los huevos que hay que tener para arriesgar tales cantidades de dinero. Tras casi un año tratando con varios fondos de inversión que se hacen llamar de "Capital Riesgo", tengo serias dudas de que realmente les guste arriesgar y parece que sólo estén dispuestos a apostar por aquellas empresas que ya hayan demostrado cierta solidez y cierto historial de ingresos, o lo que es lo mismo, buscan inversiones que no supongan mucho riesgo. Entonces, ¿por qué insisten en llamarse "Fondos de Capital Riesgo" cuando sólo son "Fondos de Capital"?

viernes, 6 de noviembre de 2009

En busca de financiación

Uno de los miedos que muchos emprendedores tenemos en nuestras primeras etapas es la búsqueda de inversores externos, por desconfianza a perder propiedad de aquello que hemos creado de la nada y que creemos que es nuestro tesoro: nuestra propia empresa.

Tal vez nos da miedo que alguien que "sólo pone dinero" se quede con un 30 o un 40% de nuestra empresa, cuando nuestra empresa en nuestra cabeza vale millones de euros. Pensamos que si hacemos las cosas bien, basta con dedicar trabajo y esfuerzo para empezar a vender como churros y que la empresa se autofinancie.

Mi primera experiencia, con Movilenio, creímos que funcionó el tema de la autofinanciación. Juntamos el mínimo de 3000 euros para montar la SL, y a los dos años ya estábamos facturando casi 400 mil. Éramos los reyes del mambo, íbamos sobrados y veíamos inútil el tener que recurrir a un inversor para que nos diera dinero a cambio de acciones.

Pero, ¿qué pasó? Pues que según íbamos facturando, teníamos que reinvertirlo todo para poder seguir creciendo, de modo que crecimos a un ritmo muy lento y sin capacidad de ahorro. Entonces, ante una bajada del mercado, sufrimos una caída de ventas y no tuvimos capacidad de poder mantener la estructura. Y claro, según íbamos reduciendo plantilla y recursos, nuestra producción bajaba y producíamos menos y peor, lo cual era la peor forma de luchar contra la crisis del mercado.

Pero bueno, de todo se aprende, y en las siguientes experiencias empresariales, no hemos dudado ni un momento de salir a buscar financiación desde un principio, para poder crecer al ritmo esperado y tener recursos económicos para poder financiar la consolidación de la empresa.

Tal vez una idea valga millones, sí. Pero sólo valdrá millones si se puede llevar a la práctica con éxito, y para eso hacen falta dineros.

Así que más vale tener el 60% de algo que vale millones a tener el 100% de algo que no vale nada, no hay que tener miedo a que un inversor se quede con un buen pedazo del pastel.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

El empleado idiota

Imagino que todos hemos pensado, al principio de nuestra carrera de emprendedores, que si hacemos un buen proceso de selección de empleados y que, además, luego hacemos todo lo posible por mimarlos y ofrerles lo mejor que se les pueda ofrecer, siempre tendremos empleados ideales, que nos respetarán y se volcarán por nosotros y por la empresa.

Pero también imagino que todos, cuando llevamos unos años en esto, debemos llegar a la conclusión de que antes o después, tendremos algún empleado idiota. Sí, sí ... un empleado idiota. Pero no idiota en plan despectivo, simplemente es que no llegará a más y será un auténtico idiota en el sentido literal de la palabra.

Al principio os quitará muchas horas de sueño, pensando en qué estáis haciendo mal y que podríais hacer para que la relación con dicho empleado fuera perfecta. Os seguiréis esforzando, os dará pena despedirlo y no lo haréis porque querréis que acabará cambiando y todo será genial. Y al cabo de mucho tiempo, aunque hayáis hecho todo lo posible, os seguirá recordando lo que es... pues eso, un simple idiota.

Así que hay que aprender a que este tipo de gente no te quite el sueño. Si hay que cortar, se corta por lo sano, aunque cueste dinero. Os sentiréis muy relajados y os permitirá avanzar. No tengáis miedo a pensar que es un empleado clave porque es el mejor en lo suyo. Nadie es irremplazable, daros cuenta antes de que acabe idiotizando a sus compañeros.

martes, 18 de agosto de 2009

¿Es necesario un plan de negocio?

Hay gente que dice que los planes de negocio no sirven para nada. Es cierto que una empresa puede tener éxito sin haber partido de un plan de negocio, seguro que más de algún caso se ha dado. Pero, en mi opinión, desarrollar un plan de negocio debería ser obligatorio antes de emprender cualquier tipo de negocio.

La gente se piensa que sólo es útil tener un BP cuando vas a buscar un inversor. Pero un BP sirve para mucho más. Lo primero es para que nosotros mismos sepamos planificar la marcha de la empresa: cuáles son nuestros objetivos, nuestras estrategias, nuestros costes futuros, nuestras posibles fuentes de ingresos, etc. Sin conocer estas cosas, podremos emprender rumbo a lo desconocido y dejar los resultados de la empresa a merced de la suerte (ya sea buena o mala).

Además de herramienta de planificación, también es una útil herramienta de monitorización, para conocer en todo momento si estamos haciendo lo que preveíamos que queríamos hacer, descubrir fallos en la gestión o causas de incumplimiento de objetivos, por ejemplo.

También nos va a ser de mucha utilidad si tenemos que ir a un banco a pedir un crédito o buscar un inversor financiero, pues siempre querrán saber nuestras expectativas futuras. También, si tenemos elaborado un buen plan de negocio, nos puede servir como llave de acceso a los distintos premios que se reparten a emprendedores en algunas entidades o comunidades.

lunes, 17 de agosto de 2009

Emprender con socios

Un tema que se debate mucho es si es bueno emprender con socios o en solitario. Algunos gurús emprendedores dicen una cosa y otros dicen lo contrario. Entonces, ¿quién tiene razón?
Creo que no hay una respuesta que pueda servir en todos los casos, pues cada empresa es un mundo y ambas situaciones tienen sus pros y sus contras.

Si no se cuenta con mucha experiencia, buscar socios para llevar a cabo un negocio puede ser beneficioso, siempre que cada uno aporte un valor distinto, complementario, útil y que no pueda ser aportado por un empleado. Un error muy frecuente es juntarse con un grupo de amigos de la universidad y montar una empresa. Lo más probable es que todos los socios tengan la misma formación, los mismos conocimientos y las mismas capacidades, por lo que estaríamos haciendo muy redundantes los valores de los socios (si en una mesa directiva hay 10 directores que opinan igual, entonces sobran 9). Para un ingeniero, sería más recomendable buscarse a un amiguete de empresariales o alguno comercial, en lugar de buscar a otro ingeniero.
Buscar socios también puede ser una medida de encontrar mano de obra barata, cuando no se dispone de medios para crear una empresa. Claro, que cuando vaya bien la cosa, por haber reducido costes al principio, habrá que repartir el pastel entre más bocas.

Todos los socios deben perseguir el mismo objetivo. Al principio suele ser así pero, con el tiempo, es posible que algunos de ellos cambien sus objetivos, debido a sus situaciones personales, y comiencen los desacuerdos, las discusiones y las luchas de poder. Es importante que exista una buena comunicación frecuentemente entre todos los socios para evitar que se lleguen a estas situaciones.

Hasta ahora siempre he emprendido junto con otros socios. He vivido buenas experiencias y también otras desafortunadas, aunque de momento me inclino a favor de emprender con otros socios que aporten valor. La contra más grande que he vivido es que, al ser varios socios, se puede llegar a perder demasiado tiempo para tomar una decisión de poca importancia. Quizás algún día me toque emprender en solitario, ya podré comparar mejor ambas situaciones.

jueves, 13 de agosto de 2009

¿Empezar sin dinero?

Imagino que será por algún tipo de timidez el hecho de que, casi todo el mundo, cuando montan su primera empresa empiezan con un capital mínimo (los 3000 euretes necesarios para la constitución de una SL) y piensan que si la cosa va bien, ya obtendrán beneficios rápidos y no necesitarán financiación externa. Piensan: "bueno, así reduzco mucho el riesgo, y si sale mal sólo pierdo tiempo".

No estoy señalando a nadie, pues yo hice lo mismo. Entre cuatro amigos juntamos 3000€ y la cosa no fue mal del todo, o al menos eso pensábamos a los dos años, cuando ya teníamos un beneficio después de impuestos de 60.000€ y 10 empleados en plantilla. Curiosamente, al quinto año la empresa está rozando la quiebra, le quedan 3 empleados y dos telediarios.

Tengo un amigo que es profesor de creación de empresas en el Instituto de Empresa al que a veces le pregunto sobre la conveniencia de buscar financiación y sobre cuánta financiación es la ideal. Él siempre me dice: "¿qué cosas podríais hacer si tuvierais más dinero?

Desde luego, empezar con un capital decente permite crear unos cimientos sólidos en la empresa que ayudarán a crecer al ritmo ideal. Si no se cuenta con dinero desde el principio, lo más probable es que perdamos tiempo en tareas "sucias" que nos desviarán de nuestro objetivo. Creceremos muy lentamente, según las ventas lo permitan, y los pagos de impuestos aún nos limitarán más.

Por tanto, lo ideal es conseguir recursos económicos para poder financiar los sueldos de todas las personas que creamos que es necesario contratar para que la cosa funcione y para realizar todas las inversiones necesarias. Y de paso, tener un colchoncito por si la cosa se tuerce durante una temporada y las ventas no crecen al ritmo que preveíamos.

No hay que tener miedo a pedir un crédito a un banco o a buscar a un inversor a cambio de un porcentaje de nuestra empresa (más vale tener un 60% de una empresa que vale algo a tener un 100% de una empresa que no vale nada).

miércoles, 12 de agosto de 2009

En busca de una idea

Cuando hablo con amigos que trabajan por cuenta ajena, casi siempre me dicen que desearían montar una empresa y ser sus propios jefes, parece que hasta envidien mi situación. Entonces yo les animo a que se lancen y monten una empresa. Casualidad o no, la respuesta de TODOS suele ser la misma: "Ya tío, pero es que yo no tengo ninguna buena idea."

Creo que casi todo el mundo se piensa que para crear una empresa de éxito es necesario partir de una idea única e innovadora. Pero la realidad es que la mayoría de ideas innovadoras fracasan, ya sea por falta de conocimiento del mercado, por producirse fuera de tiempo, o por cualquier otro motivo.

La mejor opción en muchos casos, es aplicar el lema de "Don't innovate... imitate!". Y es que si ya sabemos de una idea que ha funcionado a otros con éxito, ¿por qué no hacer algo parecido? Será más fácil llevarlo a la práctica y no cometer los errores que otros han cometido. Claro, estudiando primero el mercado y comprobando que podemos hacernos un hueco en él. Aún así no es del todo cierto lo de no innovar, pues para ganarnos ese hueco, deberíamos innovar en algún aspecto frente a los creadores de la idea original: una nueva forma de promocionar el producto, un nuevo proceso de negocio que ayude a reducir costes o aumentar la calidad final, etc. Estaríamos basándonos en una idea de negocio ya existente y reservaríamos los esfuerzos de innovación para descubrir una manera más óptima de ofrecerlo al mercado.

Tal vez alguno piense que eso pueda ser una forma de plagio. Pues bien, que lo piense y que siga ahí sentado esperando a que le llegue la "choco-idea".

martes, 11 de agosto de 2009

¿La gran decisión?

En muchas charlas con amigos o cuando hago alguna ponencia en clases de creación de empresas del Instituto de Empresa, me suelen preguntar sobre aquel momento en el que decidí lanzarme a crear una empresa.

Parece que tenga que ser así, que llegue un momento puntual en la vida de las personas en el que tengan que decidir si montan una empresa o si trabajan por cuenta ajena.

Al menos en mi caso, e imagino que en el de mucha gente, no existió tal momento puntual en el tiempo. Lo que empezó a ser una afición acabó convirtiéndose en una empresa y todavía hoy no sabría decir cuándo tomé aquella decisión.

No hice ningún balance de pros y contras, de posibles pérdidas frente a posibles ganancias. Disfrutaba con lo que hacía, soñaba con llevar el proyecto adelante, tenía ilusión en saber si aquellas ideas podían convertirse en frutos.

Claro, no todo el mundo puede encontrarse en la misma situación. Yo era recién titulado, sin ningún tipo de compromiso ni hipotecas ni ataduras. Tal vez era más fácil para mi, pues lo único que podía perder era el tiempo. Y yo no diría ni eso, pues aunque las cosas se tuerzan, siempre pensaré que es un tiempo bien invertido, pues se gana un sinfín de experiencias que seguro que me serán útiles en el futuro. Así que no había nada que perder.

Otras personas prefieren dedicarse unos 10 o 15 años a trabajar por cuenta ajena, ahorrar dinero y ganar experiencia, para sentirse más seguros cuando en el futuro monten un negocio. Pero entonces sí podrán hacer un balance de pros y contras: un "pro" para la experiencia y el colchón económico y un "contra" para las ataduras de los posibles matrimonios, hijos, hipotecas, etc. que tendrán en el futuro. Y estoy seguro de que esos "contras" pesan bastante más que los "pros".

Yo siempre animo a la gente a que no tomen una decisión, que se lancen y punto. Poco que perder y mucho que ganar. ¿Qué más se puede pedir?

Comenzamos!

Hace tiempo que quería empezar un blog para contar mis experiencias emprendedoras. Lo cierto es que no aspiro a que lo lea mucha gente, pero espero que me sirva a mi mismo para reflexionar y aprender de mis propias experiencias.

Tras 6 años metido de lleno en el mundo de la creación de empresa, lo cierto es que he vivido muchas experiencias, muchas positivas y muchas negativas. Pero, desde luego, todas ellas muy enriquecedoras.

Por eso he bautizado a este blog así, porque para mi la mejor forma de aprender, ha sido emprender.

Y quien sabe, quizás alguien lea algún día alguno de mis post y pueda servirle en algún sentido.